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viernes, 25 de febrero de 2011

CORRECAMINOS

Correcaminos: Alegre animalito que devora kilómetros por las inmediaciones del Gran Cañón de Colorado y es perseguido por un ingenioso y hambriento Coyote.



Correcaminos, es lo que me debería haber convertido en estas últimas semanas; con el objetivo de recorrer un mínimo de 80 km semanales, lo he rebajado a los poco más de 7 que he logrado recorrer estos dos últimos días.
Quizás la culpa sea de las 11h diarias que he debido dedicar al trabajo, aún sabiendo que dedicando menos horas iba a ser más eficiente. Pero la cuestión es que el poco tiempo que he podido dedicar a entrenar ha sido un auténtico fiasco. Ayer me quedé sorprendido cuando tuve que parar y apenas había corrido 4,5km. Un mal día lo tiene cualquiera, seguí la sesión con musculación del tren inferior y una divertida sesión de glúteos. Hasta aquí todo podría encajar en una relativa normalidad, pero lo de hoy no tiene nombre: 3km y me he rendido, lo curioso es que me faltaba poco para alcanzar el primer kilómetro y ya estaba tan sudado como al salir de una clase de spinning. Esta situación ya no es normal si tomamos como referencia las semanas precedentes, en las que entrenaba 10km un día y al siguiente también. Me encuentro en una etapa de negación, es posible que en lugar de emular al amigo Correcaminos me haya equivocado de rol y esté interpretando el del astuto Coyote, utilizando los múltiples gadgets de la marca ACME
Si hoy con 3km he sufrido, imagínate dentro de 10 días cuando toquen 42; el temido muro se puede convertir en la Gran Muralla China. Ante esto hay un par de cosas que tengo claras: 
1.- Mañana voy a hacer lo que realmente me gusta y revitaliza, que es disfrutar de las 2 ruedas (ni que sea con una, subido en una bici de spinning) y
2.- Voy a disfrutar más de la compañía y alegría de las dos Magdas, que seguro que me revitaliza.
El escenario ideal: Subir un puerto de montaña al mediodía de un día cualquiera del mes de agosto. (No hay que escandalizarse, una buena hidratación es imprescindible) Cuando llegas a casa estás más que nuevo. 
Ignoro cómo irá el maratón y porqué he entrenado tan pésimamente; ante estos dos dilemas se me ocurre la fórmula de disfrutar de mi entrenamiento y ser feliz junto a mi familia el escaso tiempo que pasamos juntos. Si conoces otra fórmula diferente que tenga éxito, soy todo oídos o, en cambio, si crees que ante este panorama me voy a ...... (un verbo que acaba en -ir) ponte cómod@ porque eso no es ni siquiera lo último que haría en el peor de los casos.

Por último, sólo falta por saber cómo le irá al loco del spartano, que se fue como el hijo pródigo. Con lo fácil que me hace picar y lo difícil que es igualarlo... 

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