Acaba del buen tiempo y, en su lugar, empieza toda una temporada de trabajo, mucho trabajo y entrenamientos, por supuesto. Esta temporada pasada no es que haya sido una maravilla; en realidad, todo aquello que debía realizar iba destinado a disputar el segundo ironman en el Challenge Barcelona-Maresme, aunque la temporada fue un sinfín de intentos de coger la rutina para entrenar al ritmo que requería la larga distancia.
El mes clave era agosto, treinta días de canícula que podía invertir, en adaptar mi cuerpo al de un ironman, pero en esta ocasión las vacaciones sirvieron para su propio fin, y desconecté de todo incluso de los entrenamientos. Así que a mediados de mes decidí no participar en la tan ansiada cita (cierto es que me reservaba el mes de septiembre por si cogía el ritmo, pero no).
El mes de septiembre ha sido un mes "puente", ha servido para todo y no ha servido de nada y ahora, a principios de octubre, todo parece ir bien encaminado para, como mínimo, recuperar el ritmo y la motivación. El pasado fin de semana se celebró el Garmin Barcelona Triahlon, en el que la mayoría de miembros de Diaf Triatló participó; yo, en cambio, decidí salir a entrenar bien temprano. Creo que se ha masificado demasiado, aunque también debo decir que en términos generales el Garmin está bien organizado para tantos miles de triatletas.
Mi salida particular no fue ninguna maravilla. Sólo hace falta mirar los números: 20km, 1h y poco más, casco roto, magulladuras varias por medio cuerpo y la bici tocada principalmente en la maneta y cambio izquierdos y el manillar. En breve la dejaré en buenas manos, con los amigos de Corriol. (A este incidente le dedicaré un post próximamente).
De momento no hay muchas más novedades. Os dejo con un video de Robin Kitchin en el que Martin Ashton utiliza la bici de Mark Cavendish del Team Sky, para darse una vueltecita por lugares, en teoría, no muy apropiados al ciclismo de carretera. Antes de ver el video se recomienda utilizar babero.
