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viernes, 25 de septiembre de 2009

AVENTURAS Y DESVENTURAS DE LA CURSA DE LA MERCÈ '09


La sección running de Penyazo nos reunimos el domingo pasado para mejorar nuestras marcas en la cursa de la Mercè. En esta ocasión para participar en la cursa fue necesario llevar tu propio chip y demostrar tu tiempo en los 10km en alguna carrera oficial, si era el caso. Jordi y Albert llevaban la camiseta oficial de la cursa y yo decidí cambiármela in extremis para evitar destacar, así que Silvia, Albert, Jordi y el caballo que escribe (luego ya explicaremos el porqué) nos colocamos en los diferentes cajones que, por tiempo, teníamos asignados. Justo antes de entrar en los cajones nos encontramos a Marta y Dídac, que iba de fotógrafo oficioso de la prueba y, obviamente, no vino a correr, que “es de cobardes”.
Me tocó posicionarme en el tercer cajón, el primero de Penyazo, pero con la salvedad de que no había entrenado ni uno de los 31 días de agosto y las 2 semanas previas de septiembre sólo me sirvieron para empezar a reencontrar el ritmo, pero ni mucho menos había recuperado la forma que dejé a finales de julio; aunque sí que tenía preparada la música con el mismo tiempo que marqué en la Bombers. Jordi también iba preparado con su ipod-nike+ y Albert y Silvia “a pelo”, actitud muy inteligente, porque para correr unos miserables 10km no hace falta tanta pijería.

Y yo tan pijito, con mis nike personalizadas, el championchip, el chip nike/apple, mi ipod preparado para los 10km.. y desde la salida en Rius i Taulet hasta coger la Gran Vía agradecí que hubiera tanta aglomeración de gente porque no me sentía con la chispa o la fuerza suficiente para hacer un buen tiempo; en la Gran Via ya empezaron a adelantarme corredores por diestra y siniestra (mal yuyu), cuando giramos por Marina y el ipod me informó que llevábamos 4km me dio una gran y efímera alegría, yo entendí que faltaban 4km para finalizar, no que los había realizado. En fin, durante toda la carrera tuve sensación de sufrimiento, en algunos tramos con alguna leve pendiente lo pasé mal y ya cuando finalmente llegamos al Paralelo aquel tramo sí que se me hizo largo. Primero porque cuando visualicé el recorrido no fui consciente que teníamos que recorrer tanta distancia en el Paral.lel y seguidamente cuando veías a los corredores en el sentido contrario subiendo hacia pl. Espanya me entraron unas ganas enormes de cruzar las vallas que separaban ambos sentidos y atajar, pero ante todo hay que ser sincero con uno mismo y me abstuve. Después, cuando tenía las torres venecianas bastante cerca intenté varios sprints, desde los últimos 400m, aunque todos esos “ataques” duraron apenas segundos. Finalmente crucé meta a 49:03 reales y con ello pude rebajar 32 segundos la Bombers ’09. Pese a las malas sensaciones al menos mejoré un poquito mi anterior, y hasta el momento, única marca.
Al poco llegaron Jordi y Albert con las mismas sensaciones, pero satisfechos por la meta conseguida. Entre más de 10.000 corredores era difícil esperar a Silvia si no habíamos quedado previamente, luego vimos en http://www.corriendovoy.com/ que todo le fue ok.
La nota curiosa de la carrera fue que cuando nos reencontramos los 3 corredores me di cuenta de que mi dorsal estaba manchado con algo marrón, mientras que los de Jordi y Albert seguían igual de blancos y limpios; lo primero que pensé fue que quizás la camiseta había desteñido cuando me eché agua por encima en el avituallamiento, pero cuando llegué a casa empezó el divertimento: Me saqué la camiseta y comprobé que me sangraban los pezones y la mancha del dorsal era sangre. Entonces deduje gracias a la sabia ley de Murphy que cuando me cambié de camiseta al ver que Albert y Jordi iban igualitos coloqué tan magníficamente bien los imperdibles que los tenía a la altura de los pezones, así que la cápsula del imperdible, la aguja y la fricción hicieron su trabajo. Sin entrar en más detalles la ducha fue un calvario, después tocó sesión de yodo y tiritas... Has visto “Un hombre llamado caballo”??? pues ponle un par de tiritas en los pezones y así me sentía yo. Aunque no acabó ahí la cosa.
Por cierto, tienes caras raras o se te caen las lágrimas de tanta risa???? La cuestión es que antes de ir al gimnasio al día siguiente me dispuse a desprenderme de las tiritas para evitar preguntas y miradas incómodas, pero olvidé de nuevo la ley de Murphy así como los cuatro pelos mal colocados que tengo en el pecho, que precisamente tapé con las tiritas... La poca vergüenza que me quedaba de la Titan se me fue con las heridas de los pezones y la minidepilación a base de tiritas.

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